La existencia de una Secretaría de Cultura es un hecho indiscutible, no solo en Mar del Plata, sino en cualquier ciudad que intente llevar adelante un trabajo adecuado para el desarrollo social de su comunidad, respetando los saberes, haceres y expresiones que componen la identidad cultural local.
Es indispensable tener en cuenta que el Estado debe ser garante de los derechos culturales y un agente central en la construcción de las políticas que aseguren el acceso y la democratización de estos derechos. Subsumir la cultura al turismo es quitarle protagonismo, quitarle identidad a la ciudad. Es transformar esta actividad humana en un producto vendible al visitante. Se estaría mostrando lo que el visitante quiere ver, y no lo que la comunidad realmente es y necesita expresar.
Ya en 1871 Eduard Taylor decía que Cultura es ese todo complejo que comprende el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, la ley, las costumbres, otras facultades y hábitos adquiridos por el hombre en cuanto miembro de una sociedad. Marvin Harris la definió como el conjunto aprendido de tradiciones y estilos de vida socialmente adquiridos por los miembros de una sociedad. Podemos citar de manera más o menos interminable, definiciones de cultura, desde las más científicas a las más populares y todas acuerdan que es un concepto muy amplio. Cual un gran paraguas bajo el que se cobijan otras áreas, cómo en este caso el turismo que solo constituye un sector de la cultura.
La cultura también es lo que se reproduce material y simbólicamente en forma colectiva y lo que suceda en el ámbito que habitamos cambiará, en este caso negativamente, nuestras miradas sobre ella.
Estos son sólo algunos de los amplísimos argumentos que podríamos incluir para fundamentar la sensación de atropello a la sociedad marplatense que sentimos al recibir esta noticia de fusión de Cultura y Turismo.
Esta pérdida de institucionalidad y de jerarquía de poder legitimante pone en riesgo esos derechos, asemejando la cultura al mercado y quitándole toda su condición de herramienta de transformación social.
Creemos necesario considerar una serie de reformas para hacer más eficiente la gestión de la cultura en la ciudad. A nuestro modo de ver, haciéndola más comunitaria y con más oportunidades de generar un desarrollo propio, diverso y participativo. Pero que se incluya dentro del Ente de Turismo no es el camino.
Consideramos importante que se cuente con un presupuesto adecuado, que permita una gestión consciente, y lo más necesario es contar con responsables formados y capacitados específicamente para la función que van a desempeñar. Es preciso llamar a concurso para ciertos cargos, y no que sean todas designaciones políticas.
Como gestores culturales profesionales debemos ser, como dice Victor Vich, activistas para defender la cultura que hoy se quiere mostrar como un costo, enmascarado en la idea del ahorro, y no como un derecho.
AAGeCU
Asociación Argentina de Gestores Culturales Universitarios
